lunes, 15 de diciembre de 2008

De nuevo en el sillón


Hace más de un mes que no escribo, la verdad no lo hice porque no sabía que escribir, tenía un lío tan grande en mi cabeza, que cada vez que me sentaba en mi viejo sillón las palabras salían todas revueltas y no lograba hacer una oración coherente.
El temas es así, si bien dejé a Juancho todavía me pesa, es decir, me pesa todo lo que vivimos juntos y la cantidad de años que perdí o gané a su lado.
¿Que porque los perdí? y creo que lo hice por que tal vez, podría haber hecho cualquier otra cosa de las que me privé por estar con él. Y ¿porqué los gané? porque jamás voy a olvidar el perfume de su piel, su sonrisa medio gangosa o esas pequeñas cosas que conforman la intimidad, esas cosas que nos hacen especiales y que sólo una persona en el mundo las conoce.
Pensando y pensando iba a enloquecer, entonces arme las maletas e hice lo que mejor sé hacer... huir.
Pensé en el mar, las montañas o las cataratas, pero la verdad es que con el verso que en la Argentina sólo se relajan los extranjeros, el bolsillo no me daba ni para cuatro días (incluidos los tres de viaje).
Así que bue, agarré los bolsos, saque todo mi dinero de la cuenta corriente y rompí mi chanchito, fui a la terminal y me saque dos pasajes para volver a la casa de mis padres.
Creí que sería una buena opción despejarme oliendo el sabor a especias en la cocina de Blanca, o los saumerios que mi madre`coloca pacientemente cada tres horas, para que la casa "se encuentre siempre en armonía", para mí es solo para que huela bien, pero en fin...
La pasé bien, pero hubieron cosas que hoy, me tienen sentada de nuevo en mi viejo sillón escribiendo cosas que al menos yo creo que ahora tienen un poco más de coherencia