jueves, 13 de diciembre de 2007

Mujer mujer, que sabia eres que de tu ser nace vida


Estoy sola y la soledad me pesa, entonces decido empuñar mi arma, mi única arma, esta lapicera para volcar en un papel todo lo que esta encerrado en el corazón.
El corazón de una mujer es como la caja de Pandora, uno nunca sabe lo que hay dentro, pero cuando se abre pueden escaparse un millón de calamidades, pueden haber terremotos, lluvias y huracanes pero en el fondo, muy en el fondo cuando miras en lo profundo esta lo único capaz de enfrentar este desastre, LA FE, le fe que se deposita en el corazón de una mujer, que es visible a través de sus ojos el espejo de su alma, que se siente cuando la mujer grita, cuando la mujer llora, cuando la mujer ama a ese ser que acaba de dar a luz.
Hay cosas que no se pueden ver sino las miras, hay cosas que la mirada no devela sino las sientes, y ¿qué es sentir? Creo que el sentir es ese nudo en la panza cuando estás por venir, es esa adrenalina que solo se percibe cuando estas en la cumbre de la montaña rusa a punto de caer, es respirar aire puro y tomar mates calentitos con quien tu quieres compartir.
El alimento de la fe es la sonrisa, aquella que sale con ganas, esa carcajada que sale del mi cuando otro se cae o simplemente cuando vemos los Simpsons.
Entonces es cierto, luego de la tormenta, la tempestad, en el fondo del corazón siempre habrá esperanzas, fe, y a ella solo se llega a través de la sonrisa que solo es verdadera cuando uno aprende a disfrutar de las cosas simples que te da la vida, como sonreír cuando llegas a ese lugar y te dicen: “¿mate?”.